Sangre y Circulación
La
sangre
Componentes:
la sangre humana está formada por el plasma sanguíneo, los glóbulos rojos o
eritrocitos, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas.
Funciones
de la sangre: la sangre realiza varias misiones de gran importancia para el
funcionamiento del organismo humano. Las más importantes son:
Transporte
de nutrientes. La sangre transporta las sustancias
alimenticias desde el intestino delgado hasta todas las células del cuerpo. Esa
misión la realiza el plasma sanguíneo.
Defensa
frente a agentes infecciosos. La sangre realiza una
función defensiva contra los microbios y otras sustancias que pueden causar
enfermedades. Esta función la realizan tos glóbulos blancos.
Coagulación.
La sangre es la encargada de taponar las heridas, tanto externas como internas
que se producen en el cuerpo. Esta función la realizan las plaquetas que, al
unirse, bloquean las heridas y coagulan la sangre que fluye por ellas.
Calefacción.
La
sangre es un sistema de calefacción para el cuerpo humano. Normalmente, la
sangre se encuentra a una temperatura de 36º y calienta todas las zonas del
cuerpo a las que llega. Cuando una zona se enfría, la sangre fluye hacia ella y
se enrojece; de esta forma se consigue que las que están expuestas al frío se
calienten.
El
plasma sanguíneo:
Es
el componente líquido de la sangre, es decir, una solución que contiene 90-92 %
de agua y transporta sus elementos sólidos (glóbulos y plaquetas). Además,
presenta una gran variedad de sustancias en disolución, como azúcares,
proteínas, grasas, sales minerales, etc. que se pueden agrupar en tres
categorías:
Proteínas:
Son
albúminas, globulinas y fibrinógeno. El fibrinógeno es el responsable de la
formación de coágulos, y la parte de plasma que no lo contiene se denomina
suero sanguíneo.
Sales
inorgánicas: Se encuentran disueltas en forma de
aniones (iones cloro, bicarbonato, fosfato y sulfato) y cationes (sodio,
potasio, calcio y magnesio). Actúan como una reserva alcalina que mantiene
constante el pH y regula el contenido de agua.
Sustancias
de transporte: Son moléculas que proceden de la
digestión (glucosa, aminoácidos) o de la respiración (nitrógeno, oxígeno),
residuos del metabolismo (dióxido de carbono, urea, ácido úrico), o bien
sustancias absorbidas por la piel, las mucosas, los pulmones, etc.
Los glóbulos rojos o eritrocitos:
Son
células de color rojo capaces de captar gran cantidad de oxígeno. En cada
milímetro cúbico de sangre existen entre 4,5 a 6 millones. Esta enorme
abundancia hace que la sangre tenga un color rojo intenso. Cuando una persona
padece de anemia, la cantidad de glóbulos rojos baja de los niveles normales,
según la edad y sexo.
Tienen
forma de disco bicóncavo: un diámetro de 6-9 micras y un espesor de 1 micra,
que aumenta progresivamente hacia los bordes (2,2 micras). Los eritrocitos se
producen en la médula ósea a partir de una célula madre y mediante un proceso
de eritropoyesis. Esta producción es continua porque, cada segundo, los
macrófagos del bazo destruyen unos dos millones de hematíes envejecidos que hay
que reemplazar. En su interior, los glóbulos rojos están formados básicamente
por hemoglobina, una proteína constituida por cuatro cadenas de aminoácidos.
Cada cadena se asocia a un grupo molecular, el grupo hemo, cada uno de los
cuales cuentan con un átomo de hierro, que fija una molécula de oxígeno y la
transporta desde los pulmones hasta los tejidos.
Glóbulos
blancos:
A
diferencia de los hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos presentan una
estructura nuclear completa. Su núcleo puede ser esférico, en forma de riñón o
polilobulado. Miden entre 6 y 20 micras y su número oscila entre 5.000y 10.000
por mm3 de sangre. Se les ha denominado comúnmente leucocitos.
Sobre
la base de la morfología observada mediante microscopia óptica con técnicas de tinción
clásica (colorantes ácidos y básicos), se distinguen dos grandes grupos de
leucocitos: granulocitos y agranulocitos. Su concentración en la sangre es de 5
a 10 x 103 mm3. Los porcentajes relativos de cada variedad por cien leucocitos,
denominado Recuento Diferencial, que se informa en el hemograma orienta el
diagnostico etiológico de un proceso infeccioso, parasitario o alérgico.
Leucocitos
granulocitos: se caracterizan por la presencia de núcleos
segmentados. El carácter granuloso está dado por la presencia de gránulos azurófilos
(lisosomas primarios) y gránulos
específicos. Dependiendo de su reacción frente a la tinción de Romanovsky-Giemsa
(eosina y azur), se reconoce granulación con afinidad por grupos ácidos (leucocitos
eosinófilos), básicos (leucocitos basófilos) o por ningún tipo de colorante.
Pueden ser:
Neutrófilos:
células de 7-9 um con granulación menos evidente que la de los eosinófilos,
presentan núcleos polilobulados, contienen proteínas de propiedades bactericidas
(fagocitan y destruyen células
bacterianas). Son el tipo más frecuente de leucocitos (50- 75%). Participan en la
eliminación de parásitos de gran tamaño y en la modulación de la respuesta
inmune.
Eosinófilos:
células
de 12um, de forma oval o poligonal, con núcleo bilobulado (o arriñonado) (2-4%
de leucocitos) los gránulos son de forma elíptica, con presencia de un
cristaloide en su interior.
Basófilos:
células
de 11-12 um, con gran número de gránulos en su citoplasma y núcleo débilmente lobulado,
de menor afinidad cromática que los núcleos de eosinófilo (0,5-1% de
leucocitos).
Leucocitos
agranulocitos: se distinguen por la ausencia de gránulos
citoplásmicos y de núcleos lobulados. En este grupo se clasifican los
linfocitos y los monocitos.
Pueden ser:
Linfocitos:
de
núcleo intensamente heterocromático que ocupa más del 90% del citoplasma. Participan
en la generación de la respuesta inmune humoral como células sintetizadoras de
anticuerpos (linfocitos B) y en la respuesta inmune celular como células con
propiedades fagocitarias (linfocitos T). Corresponden al 20-40% de los
leucocitos.
Monocitos:
Cromatina dispersa en forma de pequeños granos en toda la extensión del núcleo,
y especialmente como heterocromatina constitutiva en la cara interna del núcleo.
Se caracterizan por la presencia de gran número de vacuolas fagociticas y
lisosomas primarios y secundarios. Corresponden al 2-8% de los leucocitos.
Plaquetas:
corresponden a fragmentos citoplasmáticos de los megacariocitos de la medula ósea.
En el plasma presentan una forma e disco biconvexo y su número oscila entre
150000 y 350000 por mm3 de sangre. En los frotis sanguíneos presentan dos zonas
concéntricas, una estrecha y periférica que se tiñe pálidamente, llamada hialómera,
y otra más ancha y central, que contiene pequeños gránulos azurófilos, llamada
granulómera. Presentan un color parduzco tenue y se puede observar tanto
asiladas como agregadas, debido a una de las características propia de estos elementos
de unirse para formar el tapón que impide las hemorragias (pérdida de sangre). Debido
a la alta cantidad de plaquetas presentes se pueden encontrar fácilmente en el
frotis.
Como
realizar un frotis sanguíneo:
Un
frotis sanguíneo es un extendido fino de una muestra preferiblemente liquida,
de manera que quede lo más delgado posible para facilitar la observación de las
estructuras. En el caso el frotis sanguíneo es importante porque permite la evaluación
morfológica de sus elementos, lo cual puede ser especialmente útil en los
pacientes con anemia, y se puede detectar anormalidades en los leucocitos o
plaquetas. Para la elaboración de un frotis se deben tomar en cuenta los
aspectos siguientes:
Un
frotis de sangre periférica se realiza con una gota de sangre fresca que se
extiende sobre un portaobjeto con ayuda de otro que se denomina extensor y se
deja secar al aire. Para la fijación se emplea metanol puro en lugar de formol 10%.
La coloración que se utiliza es la de May Grunwal-giemsa o simplemente Giemsa. El
colorante May Grunwal es una solución metílica de eosinato de azul de metileno
y el giemsa es una solución metílica de azur II y eosina. Los extendidos de
sangre una vez coloreados no se montan como los preparados histológicos (con bálsamo
y cubreobjeto), se secan y están listos para ser observados.
Pasos
que se deben tomar en cuenta al realizar el frotis sanguíneo:
- Esterilizar con alcohol el lugar donde se realizara la punción, extremando las condiciones de asepsia.
- Con la lanceta estéril realizar una punción en la yema del dedo índice (preferiblemente) de la mano izquierda
- Desechar la lanceta utilizada
- Depositar la gota de sangre cerca del borde de un portaobjeto
- Volverse a esterilizar con alcohol y colocar un algodón en la zona de punción
- Colocar un portaobjetos como indica el dibujo y deslizarlo sobre toda la superficie del porta de manera que se pueda obtener una fina película de sangre. Si la película queda muy gruesa es preferible realizar el frotis de nuevo hasta que se vea casi transparente
- Solo debe pasarse una vez el portaobjeto, de forma continua e ininterrumpida
- Es conveniente realizar dos o tres extensiones, con el fin de seleccionar para la tinción la mejor lograda
- Colocar el frotis de sangre sobre la cubeta de tinción y añadir unas gotas de metanol 95% (con lo que se consigue el fijado de la muestra al portaobjetos) y dejar que se evapore para fijar la preparación
- Hidratar con agua destilada 5min, colocando algunas gotas sobre la preparación
- Esperar que se seque la preparación
- Cubrir con unas gotas de giemsa al 4% (con lo que se consigue la coloración de la muestra) y dejar actuar durante 10min. Evitar la desecación del colorante agregando más liquido
- Lavar cuidadosamente con agua destilada utilizando la piceta hasta que no queden restos de colorante
- Dejar secar al aire (la rápida desecación evita la deformación de los glóbulos rojos). La desecación se facilita con movimiento en forma de abanico, nunca soplando o por calor
- Observar al microscopio a 100X
Laboratorio:
Materiales:
- Lanceta estéril
Actividad
#1 observación microscópica de células sanguíneas
- Realizar el frotis sanguíneo siguiendo las indicaciones anteriormente mencionadas
- Una vez montada en el microscopio se debe tomar en cuenta la estructura de cada uno de los elementos formes de la sangre para su reconocimiento
- Al microscopio se verán con un dominio predominante los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos. No tienen núcleo y son más delgados por el centro que por los bordes. Los glóbulos blancos o leucocitos se identifican fácilmente por la presencia de núcleo, teñido de morado
- Tomando en cuenta el frotis dibujar lo observado
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